Este tipo de puerta es la protección ideal para los accesos amplios, para aquellos situados en subida o en los lugares donde no haya espacio suficiente de maniobra en el interior de la propiedad.
En un garaje donde lo que falta es espacio, una muy buena alternativa es cambiar las tradicionales puertas por puertas corrededizas, ya sean los modelos que se desplazan en paralelo a la pared o los que se deslizan en su interior.
Las puertas corredizas automáticas permiten aprovechar el espacio que se necesita habitualmente para abrir una puerta convencional.
La seguridad para el tránsito peatonal queda garantizada por el sistema de control de su automatismo, cuyo procesador interactúa con otros componentes de detección y seguridad vertical.